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Afrodita, la Diosa del amor, la belleza, y el sexo, estaba felizmente casada con Adonis, el Dios de la juventud y la atracción física, y locamente enamorada de él. Pero Afrodita tenía un corazón muy amplio y era terriblemente enamoradiza. Un día conoció un ganso fabuloso que la dejó sin aliento. Era tal la atracción que Afrodita experimentaba por semejante ave exótica que no estaba dispuesta a que a esta le pasara desapercibido el embrujo de sus encantos, y utilizó todo su poder de Diosa hechicera para conquistarlo. El ganso, perdido ante semejante despliegue de belleza, atracción y sensualidad quedó como narcotizado por ella y sucumbió a su energía poderosa. Pero cuando llego el momento de ir a la acción se presentó un tremendo problema; jamás un ganso había poseído a una Diosa, y por el temita de las diferentes anatomías, no era fácil lograr que esto se pudiera llevar a cabo. Pero Afrodita que jamás se daba por vencida, y lo único que quería era perderse y fundirse en su sexy little goose, y era una maestra en el arte del amor, busco todas las formas y posiciones posibles, hasta que finalmente encontró la forma de montarlo, y así poder llevarlo a beber en las fuentes del placer y las exquisiteces que jamás un ave había conocido. El ganso desbordado de tanta satisfacción la tuvo montada a Afrodita durante días y días, experimentando lo que no había podido conocer en toda su vida de ave, ya que solamente a estos placeres pueden acceder los Dioses, hasta que finalmente Afrodita extenuada y ahogada por un mega archi orgasmo que le corto la respiración murió en las alas de su ganso.