Alguna vez se te ocurrió, sin tener idea de nadar, tirarte en un lago profundo y helado sin salvadidas a ver que onda? o se te paso por la cabeza por ejemplo ir a esquiar, sin ni siquiera saber ponerte las botas, y tirarte por la pista mas difícil y creer lo podes pasar bien? Estoy seguro que no , que primero te tomaste el trabajo de aprender para poder disfrutar y que si hubieras hecho algo de eso, no solo la hubieras pasado pésimo si no que no estarías viva para contar el cuento.
Ahora después de estos ejemplos tan claritos ya podemos empezar a hablar de sexo. ¿Como una mujer puede pretender hacer el amor y disfrutarlo (obvio) sin antes haber explorado hasta último rincón de su cuerpo, sin antes aprender cada una de las sensaciones que le provoca el tacto en cada lugar, sin saber como te gusta que te toquen, donde etc? Mi opinión gansa al respecto es que las mujeres tenemos una obligación física y moral para con nosotras mismas de conocer nuestro cuerpo, el que nos lleva, nos trae, da vida a nuestro hijos etc. De conocer hasta el último rincón y saber de memoria como provocarle placer y darle merecidas alegrías permanentemente. Y si voy mas allá creo que también es un deber para con los hombres el poder guiarlos por la ruta de nuestro placer para que no haya malos entendidos y no anden como cieguitos tanteando lugares equivocados, y nosotras no sepamos que pasa que no sentimos nada. También creo que es muy importante explorarlo junto con el, pero eso ya es un paso mas avanzado, hay cuuuusas que no se pueden andar descubriendo de a dos, primero las tiene que tener claras uno. Creo que es básico que las mujeres tomemos conciencia de que nosotras tambien llevamos incorprado una especie de play sation de placer, que solo hay saberla hacer funcionar con todas sus opciones para después poder compartirla con todo el que queramos invitar a jugar. No hay nada malo, ni vergonzoso ni humillante en poder utilizar al máximo todooooooooo lo que el universo nos brindó.
MASTURBATION: THE PRIMARY SEXUAL ACTIVITY IN MANKIND IN THE NINETEENTH CENTURY IT WAS A DISEASE; IN THE TWENTIETH ITS A CURE- Thomas Szasz-